viernes, 25 de agosto de 2006

Plutón, el enano

El mes de agosto suele caracterizarse por ser una fuente exigua de noticias. Salvo por las famosas serpientes de verano, o el fichaje de alguna estrella rutilante por el equipo de fútbol de turno, suele estar carentes de noticias de importancia.

En estas estábamos cuando llegó la Unión Astronómica Internacional (UAI) y decidió reclasificar Plutón, considerando que lo que hasta la fecha había sido un planeta hecho y derecho, a partir de ahora sólo sería un ¡planeta enano! (dwarf planet en el inglés original)

Y claro, los medios de comunicación han entrado al trapo. “Millones del libros de texto y enciclopedias irán a parar a la basura”, afirman unos. “Los profesores deberán indicar a los alumnos que lo que dicen los libros no es cierto”, afirman otros. “Esto traerá graves consecuencias”, pregonan los demás. Pareciera como si Plutón hubiera dejado de orbitar alrededor del Sol y se dirigiera directamente hacia la Tierra con aviesas intenciones.

Y no, mientras tanto Plutón, el desdichado, el pobre, el enano, sigue vagando por el frío espacio a unos 6.000.000.000 Km. del Sol, sufriendo en silencio su humillación más sólo que la una. Bueno, solo no, al menos puede contar con la compañía de sus satélites Caronte, Hidra y Nix.

© www.astro.net.prv.pl
De todos modos, la noticia tampoco es que sea precisamente nueva. Desde su descubrimiento por parte del estadounidense Clyde William Tombaugh, en 1930, la denominación de Plutón como planeta ha generado numerosas controversias. Es decir, que siempre se había dudado que Plutón debiera ser considerado como un planeta.

En primer lugar, la órbita de Plutón es excéntrica y muy inclinada con respecto al plano de la eclíptica. La órbita de Plutón corta a la del planeta Neptuno, y en ocasiones Plutón se encuentra más cerca del Sol que el propio Neptuno (esto fue así, por ejemplo, desde 1979 a 1999). No obstante, no existe peligro de un choque sideral porque cuando la orbita de Plutón corta a la de Neptuno, existe una gran distancia entre ambas en sentido perpendicular a la eclíptica, precisamente debido a la inclinación de la órbita de Plutón.

En segundo lugar está su composición, presumiblemente una mezcla de rocas y hielo, que se asemeja más a la de un cometa que a la del resto de planetas del sistema solar.

Pero la puntilla para las ambiciones planetarias de Plutón han llegado durante los primeros años del siglo XXI, con el descubrimiento de objetos semejantes a él en el límite externo del sistema solar. En 2002, fue descubierto Quaoar un objeto de 1.280 Km. de diámetro (más de la mitad del tamaño de Plutón). En 2003, fue descubierto Sedna con unos 1.300 Km. de diámetro. Y en 2005 se anunció el descubrimiento de 2003UB313, bautizado no oficialmente como Xena por su descubridor (que era aficionado a la serie de televisión “Xena, la princesa guerrera”), cuyo diámetro era mayor incluso que el de Plutón.

Por un lado, según su naturaleza y composición, Plutón no debería ser clasificado como un planeta.

Por otro lado, si lo siguiéramos considerando como un planeta, teniendo en cuenta su tamaño (al parecer, el tamaño sí importa) también se debería calificar de planetas a otros objetos como 2003UB313.

Así que los astrónomos se han tenido que rendir a la evidencia y han decidido, por unanimidad, reclasificar a Plutón en la nueva categoría de “Planetas enanos” junto a 2003UB313 y Ceres (hasta ahora el mayor de los asteroides).

Pero lo que más me ha llamado la atención de todo esto, ha sido la falta de delicadeza de la UAI. En estos tiempos tan políticamente correctos cuando ya no existen gordos sino obesos, ya no existen viejos sino personas mayores, ya no existen enanos sino personas bajitas (o personas de verticalidad limitada), sorprende que existan planetas enanos (por menos de esto se retiró de televisión un anuncio de telefonía móvil). Quizá deberían haber pensado en otra acepción más acorde con los tiempos, como planeta menor, planetoide, objeto transneptuniano u objeto de Kuiper. Tampoco hacía falta llegar al extremo de definirlo como “objeto del sistema solar de dimensiones limitadas”, pero creo que a la UAI le ha faltado un poco tacto a la hora de referirse al desgraciado Plutón.