lunes, 2 de febrero de 2009

El motivo de las lágrimas de Roger Federer

Ayer asistí atónito a la extraña reacción de Roger Federer, tras perder la final del Abierto de Australia 2009 ante Rafa Nadal… se echó a llorar.



Lo que más me extrañó fue que el protagonista de esta acción fuera Roger Federer, uno de los mejores tenistas de la historia (si no el mejor), y que siempre ha mostrado una gran deportividad tanto en sus victorias como en sus derrotas.

Dándole vueltas al asunto, se me ocurren tres posibles causas por las que Roger se puso a llorar como una magdalena, el pasado domingo.

  1. Por dejar de ganar 1.000.000 dólares australianos , unos 550.000 euros (el premio para el ganador del Abierto de Australia es de 2.000.000, y el premio para el finalista es de “sólo” 1.000.000).
  2. Por perder por quinta vez una final de torneo de Grand Slam contra Rafa Nadal y no poder igualar la marca de Pete Sampras de 14 títulos individuales de Grand Slam ganados.
  3. Por sentir que su tiempo como número 1 del tenis ha pasado y que ya sólo le queda pensar en la retirada.

La primera causa me parece muy poco probable. Roger Federer acumula unas ganancias de más de 35 millones de euros, sin contar sus contratos publicitarios, por lo que no debería afectarle tanto esta pérdida monetaria.

La segunda causa tampoco me parece probable. Roger tiene otra clara oportunidad de ganar este mismo año un nuevo título de Grand Slam en la (más) rápida pista del Abierto de los Estados Unidos, donde ha sido amo y señor durante los últimos cinco años, y donde Rafa nunca ha pasado de semifinales.

Así que la causa más probable es la tercera, que piense que su reinado en el mundo del tenis ha llegado a su fin.

La derrota ante Nadal el año pasado en “su” torneo de Wimbledon debió de dolerle muchísimo. La pérdida del número 1 del mundo y una nueva derrota ante el mismo jugador en Australia pueden haber sido la puntilla que le haya hecho considerar seriamente su retirada de las pistas de tenis.

De hecho la situación actual de Roger Federer guarda muchas similitudes con la de otro de los grandes de la historia del tenis, Björn Borg, quien, en 1981, tras perder la final de Wimbledon ante un joven John McEnroe, perder nuevamente ante McEnroe la final del Abierto de los Estados Unidos, y tener que ceder ante el mismo jugador el número 1 del mundo, sorprendió al mundo anunciando su retirada del tenis con tan solo 26 años.

Roger Federer, que tiene actualmente 27 años, lleva 10 años como profesional (Borg jugó 9 años, salvo fugaces reapariciones), ha ganado todos los grandes torneos del circuito salvo Roland Garros en el que ha sido 3 veces finalista (la gran espina de Borg fue el Abierto de Estados Unidos donde fue 4 veces finalista), ha sido el número 1 del mundo durante 237 semanas consecutivas (Borg lo fue durante 109, no consecutivas), y es considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos (al igual que lo fue Borg en su tiempo).

Por tanto, no me sorprendería que Roger Federer emulase a Björn Borg y anunciase su retirada al finalizar esta temporada, sobre todo si vuelve a ser derrotado en los torneos de Roland Garros y Wimbledon. En ese caso, las lágrimas derramadas en Australia significarían el principio del fin de la carrera profesional del, probablemente, mejor jugador de tenis de todos los tiempos.

Pero claro, si Roger finalmente se retira no sería fiel a sus palabras porque, tras el lloriqueo, anunció que el año que viene volverá a Australia... ¿tal vez como espectador?