domingo, 30 de mayo de 2010

¡Un espontáneo en el Festival de Eurovisión!

Cuando creíamos que ya lo habiamos visto todo en el Festival de Eurovisión, resulta que no. Nos faltaba la irrupción de un espontáneo.

Un conocido personaje, que se dedica a realizar este tipo de payasadas en espectáculos deportivos, parece que ha "dado el salto" al espectáculo musical.

Cuando lo he visto, por un momento he pensado que el espontáneo era John Cobra...

martes, 11 de mayo de 2010

La influencia de los volcanes en el clima

El aumento de actividad de la erupción del impronunciable volcán islandés Eyjafjallajökull, está provocando de nuevo caos en el tráfico aéreo, con cierre de aeropuertos y cancelaciones de vuelos.

Aunque las restricciones del tráfico aéreo, debidas a las cenizas del volcán, no dejan de ser un grave problema económico, parece que de momento nos estamos librando de un problema quizá mucho mayor, y con influencias a más largo plazo.

Me explico. Las erupciones volcánicas, además de cenizas, suelen emitir a la atmósfera partículas de óxido de azufre (que al combinarse con el agua se convierten en ácido sulfúrico). Todas estas partículas en suspensión tienen la capacidad de reflejar la radiación solar. Si estas partículas alcanzaran la estratosfera podrían quedarse ahí meses e incluso años… provocando un enfriamiento global del clima.

Afortunadamente, parece que la erupción del Eyjafjallajökull no ha sido, hasta ahora, lo suficientemente violenta para alcanzar la estratosfera. Pero el Eyjafjallajökull no es el único volcán de Islandia...

Cerca del Eyjafjallajökull se encuentra el volcán Hekla (según los vikingos, "la puerta del infierno"). En la erupción de marzo de 1947, el Hekla envió columnas de fuego y cenizas hasta una altura de 30.000 metros. El caso es que el Hekla suele entrar en erupción cada 10 años, con una precisión casi matemática, y la última erupción fue en el año 2000. Vamos que ya le toca. Además, históricamente, las erupciones del Eyjafjallajökull preceden a las del Hekla…

Yo, por si acaso, voy a dejar en el armario la ropa de invierno, no sea que el 2010 termine resultando otro “año sin verano” en Europa.

lunes, 10 de mayo de 2010

Para un día lluvioso...

Llevo varios días escuchando por la radio esta preciosa canción de The Jayhawks, Save it for a rainy day (“Déjalo para un día lluvioso”).

El caso es que me viene al pelo para un día como hoy… lluvioso.


jueves, 6 de mayo de 2010

¿Dónde está el azúcar?

En una ocasión tuve una “terrible” pesadilla. Soñé que estaba en un centro comercial, tenía que comprar azúcar y que no la encontraba por ninguna parte porque la habían cambiado de sitio. Desgraciadamente, el pasado domingo esta pesadilla se hizo realidad.

Se acabó el azúcar en casa y no tenía que echarle al café al día siguiente. Afortunadamente, era el primer domingo de mes con lo que todo estaba abierto. Así que me fuí al centro comercial y tras dejarme llevar por el marketing, compré unos “Ferrero Garden” para conmemorar el día de la madre, me dispuse a buscar el azúcar. Infructuosamente. No estaba en el lineal de galletas, ni en el de chocolates, ni en el de mermeladas (donde la encontré la última vez), así que caí en la desesperación y empecé a recorrer secuencialmente todos los lineales (o como diría un informático, realicé una “búsqueda en profundidad”) pasando incluso por alguno que nunca había visitado (como el de comida para mascotas, nunca pensé que hubiese tantas variedades de comida perruna).

Menos mal que al final apareció el azúcar… en el lineal de productos dietéticos. La verdad es que si lo piensas no tiene ninguna lógica, si estás a dieta el último producto que deberías consumir sería el azúcar, ¿no? Tal vez por eso los directivos del centro comercial hayan puesto el azúcar ahí, en el último sitio donde buscaríamos… para que no lo encontremos.

Así que una vez localizado no me conformé con comprar un solo kilo, sino que eché al carro tres kilos… para retardar al máximo la próxima compra. Y cuando volví a casa, después de rellenar el azucarero me fui a la despensa para guardar tan dulce “alijo”.

Pero, para mi sorpresa, allí escondidos aparecieron… otros dos kilos de azúcar… de una compra anterior. Parece ser que la “terrible” pesadilla que recordaba también fue real.

En fin, ahora no me quedará más remedio que cocinar algún que otro bizcocho…