jueves, 7 de septiembre de 2006

Calentamiento global

Con el primer aniversario del desastre del Huracán Katrina se ha vuelto a poner de moda del tan traído, y tan llevado, cambio climático. Aunque hablando con propiedad, de lo que debería hablarse es del calentamiento global.


Es cierto que la temperatura media de la Tierra ha subido alrededor de un grado en el último siglo, y que los científicos vaticinan que seguirá haciéndolo en el futuro. Pero, ¿este hecho tiene que ser necesariamente catastrófico?

Depende.

El clima de la Tierra varía naturalmente por causas naturales, como cambios en la radiación solar, variaciones de la órbita terrestre, cambios en las corrientes oceánicas o emisiones volcánicas. Es cierto que el ser humano también puede provocar cambios importantes en el clima, por medio de la deforestación de bosques o la emisión de gases de efecto invernadero, como el CO2. Pero, también es cierto que si en estos momentos se iniciara una nueva era glacial (tranquilos, eso no pasará hasta el año 44.000) la temperatura media de la Tierra bajaría unos 10 grados, y no podríamos parar este enfriamiento global aunque quemáramos de golpe todo el petróleo de la Tierra.

En las épocas interglaciares (y estamos en una de ellas) hay muchas variaciones de temperaturas, y es difícil saber si este incremento concreto es natural o se debe al CO2 (aunque esto último es muy plausible).

Además, aunque el CO2 está aumentando el efecto invernadero de la Tierra, por otro lado la tala masiva de árboles está incrementando su contrario, el efecto albedo. Los bosques son oscuros y absorben gran cantidad de luz y energía del sol, mientras que los desiertos son más claros, reflejan la luz y la energía, y contribuyen a enfriar el planeta. En resumen, que una posible solución al calentamiento global (bárbara y totalmente desaconsejada) sería... ¡deforestar por completo el Amazonas!

Existe un magnífico ejemplo de variación natural del clima. Durante la Edad Media el clima era más caluroso (y curiosamente más benigno) que ahora. Los casquetes polares y los glaciares habían retrocedido, y como el hielo reflejaba la luz del Sol esto incrementó el calentamiento. Pero al fundirse los casquetes polares las corrientes oceánicas pudieron circular libremente y las temperaturas de los mares se igualaron. Tanto es así que cuando en el siglo IX los exploradores vikingos llegaron a una isla en el Océano Atlántico Norte, la llamaron "Tierra Verde". En aquella época la isla que hoy conocemos como Groenlandia era un vergel (bueno, en realidad, aunque las condiciones climáticas eran más cálidas que en la actualidad el nombre respondía a una estrategia de marketing para atraer a los colonos a un lugar de clima bastante hostil). Sin embargo cuando, en el siglo XIV, empezaron a descender de nuevo las temperaturas, los vikingos tuvieron que abandonar la colonia simplemente porque el clima no permitía la agricultura. Los glaciares volvieron a crecer y se tragaron pueblos enteros en los Alpes y en Escandinavia. La agricultura de los países nórdicos tuvo que ser abandonada, se produjeron hambrunas, y la peste negra asoló Europa. El frío duró hasta mediados del siglo XIX. A esta época se la conoce como la Pequeña Edad de Hielo. La Pequeña Edad de Hielo no fue provocada por el ser humano, fue un fenómeno completamente natural. Y como habréis podido comprobar, los enfriamientos no tienen porque ser necesariamente buenos y los calentamientos necesariamente malos.



Mas información sobre las variaciones naturales del clima en: http://club.telepolis.com/geografo/clima/postgla.htm

Desde 1840 las temperaturas han vuelto a subir, mientras (¿casualidad tal vez?) hemos empezado a quemar carbón y petróleo en grandes cantidades, aunque curiosamente entre 1950 y 1970 se observó un notable enfriamiento (¿nunca habéis oído mencionar a nuestros padres que cuando eran jóvenes los inviernos eran mucho más fríos que ahora?).

En resumen, que no sé si dentro de 50 años estaremos flotando en el océano, congelados, achicharrados, respirando con mascarillas, o viviendo en cuevas por temor a la radiación ultravioleta, realmente no lo sé.

Debemos intentar evitar en la medida de lo posible llegar a algo así pero creo que no debemos obsesionarnos por ello. Al fin y al cabo, por mucho que lo deseemos hay cosas que, sencillamente, no podemos controlar.

Mazagatos sin fronteras

Os presento mi nuevo Blog: http://mazagatossinfronteras.blogspot.com/