miércoles, 17 de octubre de 2007

El Nobel del ex-vicepresidente Al Gore

En mi artículo “Calentamiento global” ya había expuesto mis dudas con respecto al denominado “cambio climático”, pero la reciente concesión del Premio Nobel de la Paz (?) al ex-vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore y al Grupo Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU por "sus esfuerzos por construir y extender un mayor conocimiento sobre el cambio climático inducido por el hombre y por sentar las bases de las medidas necesarias para combatir ese cambio" han vuelto a situar el tema en el candelero.

Antes que nada, quiero dejar claro que estoy a favor de disminuir la contaminación, y que respaldo la utilización de energías limpias. No obstante, me opongo a vivir obsesionado por el calentamiento global, y me repugna la instrumentalización mercantilista que están realizando con este tema ciertas empresas y grupos de presión.

Para comenzar no me gusta el alarmismo “pseudo científico” que están practicando los medios de comunicación. Por ejemplo, en la temporada del 2005 el número de huracanes en el Océano Atlántico Norte fue inusualmente alto (15 huracanes), mientras que en la temporada del 2006 (5 huracanes) y en la temporada, aún en curso, del año 2007 (4 huracanes) ha sido inusualmente bajo. Sin embargo, mientras que el año 2005 los medios de comunicación no cesaban de repetirnos que el aumento en el número de huracanes era una “prueba” inequívoca del calentamiento global, la disminución de los años 2006 y 2007 no ha resultado “probar” lo contrario.

Otro ejemplo sería el documental 'Una verdad incómoda', de Al Gore, que a pesar de ser bastante exacto en la presentación de las causas y probables efectos del cambio climático, “es alarmista y exagerado, y su visión apocalíptica es políticamente partidista y no un análisis imparcial de la ciencia del cambio climático”. No lo digo yo, lo dice un magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra, que además afirma que el documental “contiene importantes errores”.

Tampoco me gusta la utilización mercantilista que están haciendo del tema desde empresas constructoras “pioneras en sostenibilidad”, pasando por fabricantes de “coches ecológicos”, hasta… empresas que producen “queso que cuida el medioambiente”. Estoy convencido de que a los dirigentes de estas empresas les importa un bledo el cambio climático o el calentamiento global… y que lo único que les interesa es vender más obras, coches… o quesos.

Por otro lado, no creo que los biocombustibles sean la panacea para evitar el calentamiento global. Es más, creo que en lugar de resolver el problema pueden causar uno mucho mayor, porque el cultivo masivo del maíz, con fines de producción de biocombustibles, está provocando el aumento de precio del trigo, del pan, de la pasta, del pollo, de la ternera, etc… No es muy descabellado pensar que en el futuro puedan llegar a pasar hambre en el tercer mundo porque los cereales (la base de la alimentación) terminen convirtiéndose en un artículo de lujo al alcance de unos pocos.

En definitiva, para terminar de dejar clara mi postura, es cierto que el clima de la Tierra está cambiando, y es muy probable que este cambio haya sido provocado fundamentalmente por el ser humano, pero no es menos cierto que el clima de la Tierra varía naturalmente (debemos acostumbrarnos a ello) y que un aumento en la temperatura media de la Tierra no tiene porque traer, necesariamente, consecuencias catastróficas.

Pero hoy no es día de entrar en polémica, sino de reconocer la labor del ex-vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore y del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU por extender el conocimiento sobre el cambio climático, y felicitarles por la concesión del Premio Nobel de la Paz.

Por cierto, ¿alguien puede decirme que tiene que ver la Paz con el cambio climático?

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