jueves, 13 de diciembre de 2007

Villancicos

En este paraíso del consumo en el que vivimos todo está orientado a que gastemos, y cuando más mejor.

Según escuché en cierta ocasión, la música es una técnica más de marketing. Al parecer, las ventas aumentan si en un centro comercial suena música relajante, porque la gente va más despacio por los pasillos y le da más tiempo a ver y comprar artículos.

Si esto último es cierto, entonces no entiendo porque en estas fechas los centros comerciales se empeñan en torturar nuestra mentes con el martilleo insufrible de los tradicionales villancicos. Pareciese que los encargados de la megafonía de los centros comerciales en lugar de leer un libro de "Introducción a la Mercadotecnia", hubieran leído el "Manual avanzado de tortura de la Gestapo".

Por otro lado las letras de los villancicos, además de ser repetitivamente machaconas, tienen una temática cuando menos surrealista. Cuando no es una burra que va hacia Belén (que por cierto nunca llega), son peces que beben (¿vino, cava o whisky?) en el río. ¿Quién será el autor de estos villancicos? ¿Que tendrán que ver los peces bebedores del río con la Navidad?

No sé, en todo caso, a mi me parece un contrasentido que en medio de una campaña especial de la Dirección General de Tráfico para el control de las tasas de alcoholemia, se promocionen canciones con lemas tan subversivos como: "beben, y beben, y vuelven a beber".

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