El aumento de actividad de la erupción del impronunciable
volcán islandés Eyjafjallajökull, está provocando de nuevo caos en el tráfico aéreo, con cierre de aeropuertos y cancelaciones de vuelos.
Aunque las restricciones del tráfico aéreo, debidas a las cenizas del volcán, no dejan de ser un grave problema económico, parece que de momento nos estamos librando de un problema quizá mucho mayor, y con influencias a más largo plazo.
Me explico. Las erupciones volcánicas, además de cenizas, suelen emitir a la atmósfera partículas de óxido de azufre (que al combinarse con el agua se convierten en ácido sulfúrico). Todas estas partículas en suspensión tienen la capacidad de reflejar la
radiación solar. Si estas partículas alcanzaran la
estratosfera podrían quedarse ahí meses e incluso años… provocando un
enfriamiento global del clima.
Afortunadamente, parece que la erupción del Eyjafjallajökull no ha sido, hasta ahora, lo suficientemente violenta para alcanzar la estratosfera. Pero el Eyjafjallajökull no es el único volcán de Islandia...
Cerca del Eyjafjallajökull se encuentra el volcán
Hekla (según los vikingos, "la puerta del infierno"). En la erupción de marzo de 1947, el Hekla envió columnas de fuego y cenizas hasta una altura de 30.000 metros. El caso es que el Hekla suele entrar en erupción cada 10 años, con una precisión casi matemática, y la última erupción fue en el año 2000. Vamos que ya le toca. Además, históricamente, las erupciones del Eyjafjallajökull preceden a las del Hekla…
Yo, por si acaso, voy a dejar en el armario la ropa de invierno, no sea que el 2010 termine resultando otro “
año sin verano” en Europa.