domingo, 26 de febrero de 2006

¿Ha llegado ya el futuro?

Un tema recurrente en las novelas y películas de ciencia-ficción del siglo pasado era la recreación del futuro. Desde “Planeta prohibido” hasta “El quinto elemento”, pasando por “Star Trek”, “Blade Runner” o “Desafío total”, en estas historias había tres conceptos que se repetían invariablemente: robots androides, trajes de vinilo y coches voladores.

Los robots se dedicaban a hacer las labores de la casa, trabajaban por nosotros en las fábricas o conducían los taxis. La moda consistía básicamente en trajes ajustados de vinilo que se ceñían a esbeltas figuras (parece ser que en el futuro se resolverá satisfactoriamente el problema de la obesidad). Los coches circulaban por amplias autopistas voladoras (aunque no siempre quedaba claro que fuente limpia de energía les permitía levitar y desplazarse), y sus ordenadores de a bordo permitían consultar gigantescas bases de datos con increíble rapidez (vamos, que tenían conexión a Internet de banda ancha).

En mis delirios infantiles (y juveniles) pensaba que cuando llegáramos al siglo XXI todas esas cosas se volverían realidad. Sin embargo, cuando ya han transcurrido 5 años del siglo XXI, resulta que cada vez trabajamos más, que los trajes de vinilo se resisten a aparecer por las pasarelas, y que los taxis siguen quemando derivados del petróleo, siguen circulando a ras de suelo y siguen siendo conducidos por humanos malencarados que sintonizan insistentemente la COPE.

Es cierto que de vez en cuando aparece por los telediarios Asimo, el robot desarrollado por Honda, haciendo cosas tan increíbles como subir y bajar escaleras, correr o bailar. Pero, sinceramente, hasta que no vea a Asimo planchando unos pantalones (por supuesto marcando la raya), yo no me lo compro. Sigo ávidamente los desfiles de moda de las pasarelas de moda de Madrid, Milán o Londres esperando que algún día a un diseñador se le ocurra “inventar” el mono ajustado de vinilo (bueno, por eso y por ver desfilar a Gisele Bündchen) pero siempre diseñan las mismas fantasías horribles que luego no se atreve a poner ni siquiera Victoria Abril.

En definitiva, que concluí que esto del futuro era una estafa. Nunca terminaba de llegar.

Pero entonces, hace un par de años, Quentin Tarantino estrenó su película “Kill Bill: Volumen 1”, en la que aparecía Uma Thurman luciendo su ya famoso chándal amarillo.

© 2003 Miramax Films
Desde el momento en que vi aquella película, cuando me levanto por la mañana y subo la persiana, me quedo observando el tráfico que discurre por delante de mi casa, esperando ver como en algún momento un coche remonta grácilmente el vuelo por primera vez...

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