sábado, 20 de febrero de 2010

¿Casualidad o destino?

En una entrada anterior reflexionaba sobre el determinismo y si era posible o no predecir el futuro. Como continuación de aquella entrada, hoy intentaré dar una vuelta sobre el asunto de las casualidades y del destino.

Según la R.A.E. la casualidad se define como una:

Combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar.

y el destino como un:

Encadenamiento de los sucesos considerado como necesario y fatal.

Estas dos palabras pueden parecer sinónimos, pero si nos fijamos bien podemos ver que las casualidades son simples hechos fortuitos que no se pueden prever (y que pueden no tener ninguna importancia); mientras que el destino es una especie de camino inevitable que nos hace llegar a un determinado lugar. Es como si la casualidad fuera una hija del “caos” y el destino un hijo del “determinismo”.

Así pues, una simple casualidad puede ser un suceso imprevisto como, por ejemplo, que te toque la lotería. Pero claro, si empieza a tocarte la lotería todos los días, entonces da que pensar, ¿no?

Que lances al aire una moneda y caiga de canto... puede ser una casualidad. Que estés buscando en la agenda del teléfono móvil a una persona y que cuando lo encuentres te llame en ese preciso instante… puede ser otra casualidad. Que estés escuchando una canción y que en ese momento te envíen esa misma canción por correo electrónico… también puede ser una casualidad. Pero si todas estas casualidades empiezan a encadenarse… seguro que un escalofrío empieza a recorrer tu espalda.

Así que la pregunta del millón de euros es ¿los acontecimientos son fortuitos y fruto de la casualidad o vienen determinados por una relación causa-efecto?

Bueno, tal vez ambas teorías sean ciertas y falsas a la vez, es decir que haya sucesos caóticos que dependan de las casualidades y que haya otros sucesos determinísticos que vengan marcados por el destino. Vamos, que es posible que una mariposa batiendo las alas en Tokio pueda provocar una tormenta en Nueva York, pero esa misma mariposa, por muy fuerte que bata las alas, no logrará detener un tren de alta velocidad que circule a 275 km./h… e impedir que llegue a su destino.

1 comentario:

Rodrigo Díaz dijo...

El caso es que ayer por la tarde casualmente estaba viendo en Telecinco la película “Quédate a mi lado”, en la que casualmente cantan varias veces una misma canción.

Me parece que últimamente estoy viendo demasiado cine…