domingo, 4 de julio de 2010

¡Histórico!

Soy futbolero (no puedo negarlo).

Me había resistido a escribir en este blog sobre la actuación de la selección española en la Copa Mundial de Sudáfrica… porque no pensaba que íbamos a llegar tan lejos.

Y no es que no pensara que la selección es una de las mejores del mundo (si no la mejor) o porque no tuviera fe en ella. Es porque tengo memoria histórica…

Ayer cuando salí a la calle a celebrar (en parte para festejar, en parte para descargar la tensión) el triunfo de “La Roja”, vi a muchos chavales como locos con la camiseta y/o la bandera de España y, como ya tengo unos añitos, no pude dejar de acordarme de todos los sinsabores que ha padecido en las Copas Mundiales quien esto escribe.

Por ejemplo, me acordaba de la Copa Mundial de México 1986. Por aquel entonces yo era un niño ilusionado, que incluso se preparó un programa con el ZX Spectrum (con gráficos a 16 colores y todo... ¡en BASIC!) para llevar anotados los resultados de los partidos del campeonato. Recordaba como le gritaba desde casa al fallecido seleccionador Miguel Muñoz que quitara del campo a Julio Salinas (que no estaba haciendo nada) y que metiera a Eloy Olaya. Y recuerdo como fue Eloy el que al final falló el penalti decisivo…

Y, claro, me acordaba de la Copa Mundial de EE.UU. 1994. Ahí, lo confieso, ya me había vuelto Salinista (porque fue gracias a dos goles suyos en Dublín que llegamos a aquella fase final) y me dio una rabia enorme su fallo ante Pagliuca, el gol de Roberto Baggio y, por supuesto, el penalti que le hizo Tassotti a Luis Enrique en el descuento (con rotura de nariz incluida).

Como no, también me acordaba de la Copa Mundial de Corea y Japón 2002 y de la infame actuación del árbitro Gamal Al-Ghandour , que nos anuló dos goles validos en aquel partido contra Corea del Sur.

Ayer, sinceramente, pensé en muchos momentos que otra vez nos iba a pasar lo mismo. Máxime cuando vi como se iba desarrollando el partido. Por ejemplo, cuando en ese minuto de locura nos pitaron un penalti en contra (menos mal que Iker para guay, je, je), a continuación Xabi Alonso falló la repetición del que nos pitaron a favor y el árbitro no quiso ver otro clamoroso penalti que le hicieron a Cesc Fàbregas.
Pero el caso es que después de tanto sufrimiento (si he sobrevivido al partido de ayer sé que no tengo una lesión cardiaca), la selección pudo sobreponerse al tradicional mal fario y, da igual ya como termine esta Copa Mundial, el hecho de haber pasado a semifinales es algo… histórico.

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