miércoles, 23 de marzo de 2011

Cabo de Buena Esperanza

Bartolomé Díaz fue un marino portugués que participó en el descubrimiento de la ruta marítima a la India.


En la segunda mitad del s. XV los turcos dominaban el mediterráneo y dificultaban la ruta comercial tradicional, así que el rey Juan II de Portugal intentó establecer una ruta marítima bordeando el continente africano, con el objetivo de dominar el comercio de las especias y del oro. En la corte del rey Juan II había un marino que tenía un proyecto para llegar a la India navegando por el océano Atlántico hacia el Oeste. El rey estudió este proyecto pero finalmente lo desechó, con lo que el marino tuvo que viajar a Castilla para ofrecer su proyecto a los Reyes Católicos. El nombre de este marino era Cristóbal Colón, pero esa es otra historia…

En el año 1487, el rey Juan II, organizó una expedición de tres barcos para bordear África por el sur, poniendo al mando de la misma a Bartolomé Díaz. La expedición recorrió la costa occidental de África hasta la actual Namibia y, posteriormente, una violenta tormenta les alejó de la costa llevándolos al sur… pasándose de largo. Más tarde, cuando pudieron retomar el rumbo, comprobaron que ya habían alcanzado el extremo sur del continente africano. Fue en el viaje de retorno cuando doblaron un destacado cabo. Dado que se encontraba en el lugar donde les sorprendió la tormenta, Bartolomé lo denominó “Cabo de las Tormentas”.

Cuando regresaron a Lisboa el rey Juan II, que seguramente había estudiado marketing, rebautizó el Cabo de las Tormentas como Cabo de Buena Esperanza, por ser el lugar que abría la ruta hacia la India.


Irónicamente, Bartolomé Díaz encontró la muerte años más tardes en una tormenta frente a las costas del Cabo de Buena Esperanza… que él había denominado sabiamente el Cabo de las Tormentas.

Por cierto, acabo de doblar virtualmente el Cabo de Buena Esperanza… en medio de un temporal.

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