Sinceramente, estaba esperando este momento desde hace dos meses, cuando empecé a dar la vuelta al mundo virtual en velero con la Barcelona World Race. Porque el cabo de Hornos es el sanctum sanctorum de la navegación oceánica a vela. Es el equivalente a ascender el Everest para un alpinista. En definitiva, el mayor reto para todos los navegantes del mundo.
Y es que el cabo de Hornos se ha cobrado una enorme cantidad víctimas a lo largo de la historia. Las desapariciones de barcos eran habituales en el pasado. Sólo entre 1850 y 1900 más de un centenar naufragaron en las inmediaciones del cabo, algunos estrellados contra rocas o hielos flotantes y otros por no poder soportar la fuerza de los vientos. Los marineros y piratas de la época adoptaron la costumbre de ponerse un pendiente en forma de aro en la oreja que simbolizaba haber sobrevivido al paso del peligroso cabo.
Y por lo que he leído, según marca la tradición, además del pendiente también tengo derecho a mear a barlovento y a permanecer sentado en presencia del rey.
Estoy pensando... ¿se podrán hacer ambas cosas a la vez?
:-D
miércoles, 27 de abril de 2011
Cabo de Hornos
Esta noche he doblado el cabo de Hornos.
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