
Pero, como yo siempre voy contracorriente, me permitiré el lujo de escribir sobre la sexta victoria en Roland Garros… pero de otra grande, Steffi Graf.
Aunque tal vez debería definirla como “la más grande”, porque Steffi ganó 22 torneos del Grand Slam en su carrera, entre ellos todos los del año 1988 (y de paso la medalla de oro olímpica). Y lo habría repetido en el año 1989 si no fuera por una tenista jovencita que no daba una bola por perdida. Por cierto, esa tenista era española, se llamaba Arantxa y se apellidaba Sánchez Vicario. Pero esa es otra historia…
El caso es que corría el año 1999, Steffi volvía de una lesión y se encontraba en la fase final de su carrera. Steffi logró llegar a la final del campeonato francés ante la nueva estrella del tenis, una suiza llamada Martina Hingis.
Martina ganó la primera manga por 6-4 y dominaba 2-0 la segunda cuando comenzó a protestar ostensiblemente una pelota que le dieron por mala (que, por cierto, se había ido claramente fuera), cruzó al otro lado de la pista (algo insólito) y montó el numerito amenazando con abandonar el partido. Steffi asistió atónita al “espectáculo”.
La tenista suiza solo accedió a continuar el partido cuando bajó la directora del torneo para convencerla. El partido continuó y se llegó al 5-4 con servicio de Martina para ganar el partido (y el campeonato). Increíblemente, Martina perdió su servicio, y los dos juegos siguientes, con lo que tuvieron que jugar un tercer set.
Y en el tercero, con 5-2 en su contra, a Martina se le fue definitivamente “la pinza”. Con un match ball en contra, sacó a la remanguillé (no se me ocurre otra definición) y, aunque ganó milagrosamente el punto, se ganó un merecido abucheo del público francés que lo entendió como una desconsideración a su rival.
No contenta con eso, a continuación volvió a repetir la jugada con otro match ball en contra y se puso a discutir otra vez con la juez de silla... hasta que Steffi no aguantó más. Se acercó al centro de la pista y dijo en voz alta, para que todo el mundo la oyera, las siguientes palabras que desde entonces forman parte de la historia del tenis:
“¿Hemos venido a charlar o a jugar al tenis? Ok, pues entonces juguemos al tenis.”El público se puso a corear “Steffi, Steffi” y a abuchear de nuevo a Martina Hingis que tuvo que volver humillada al fondo de la pista.
Martina finalmente perdió el partido.
Terminó llorando entre los brazos de su madre como lo que era… una niña malcriada.





El primer barco europeo que visitó el cabo fue un buque holandés llamado Leeuwin ("Leona" en neerlandés), que cartografió las costas cercanas en 1622, aunque el cabo en sí mismo no puede ser reconocido en estas cartas. Posteriores expediciones sí que cartografiaron el cabo y le dieron el nombre del buque holandés que lo "descubrió".



Ya conocía esta fruta, originaria del sudeste asiático, pero me sorprendió encontrarla allí. Hasta me dieron ganas de comprar algunos, a 18 euros/kilo. Pero, dado que aquel día vi por allí incluso a una niña “disfrazada” de pastorcilla, lo atribuí a una extravagancia, una más de las que se dan por estas fiestas recientemente pasadas.
En fin, menos mal que quedan pocos días para que termine toda esta locura…

